Somos millennials y no somos huevones

Aquí Gustavo, escribiendo desde Malasia.

Buscando un tema para este post fui a Google a buscar inspiración, al buscar temas relacionados con nuestra generación en el trabajo me sorprendió la cantidad de contenido que hay orientado a que los millennials somos unos huevones, narcisistas, engreídos y todo lo negativo que se les pueda ocurrir, no estoy de acuerdo en esa posición, porque somos millennials y no somos huevones, te explico porqué.

 

No todos lo millennials somos iguales

Antes de dejarme ir como gorda en tobogán tengo que decir que no todos los millennials somos iguales, por lo tanto, no nos pueden encasillar y etiquetar como una sola cosa, lo veo en mi caso, soy del 85, de los primeros de esta generación, aún así, si comparo mi comportamiento laboral con el de alguien del 94 es totalmente diferente, así que dejemos de encasillarnos en una sola definición, todos somos diferentes.

 

El origen de nuestra mala fama

Pensando en el porqué se nos ha creado la mala fama he llegado a una conclusión, y es ¡por decir lo que pensamos!, piénsalo así, en todas las generaciones hay gente que no está de acuerdo con sus condiciones laborales, que les gustaría tener más oportunidades o condiciones de trabajo diferentes, incluida en la nuestra.

La diferencia está en que las generaciones anteriores guardaban silencio, si algo no les gustaba del trabajo no importaba, el trabajo no tenía que gustarte, tenía que darte el dinero suficiente para vivir cada vez mejor hasta llegar al retiro, así que hacer hora nalga durante todo el día no estaba mal mientras tu antigüedad siguiera sumando.

En contraparte, nuestra generación no tiene tiempo que perder, hacerte wey solo por asegurar tu salario no vale la pena, porque es deprimente, porque la vida hay que vivirla haciendo lo que te gusta, frase choteada pero real, si algo no nos gusta no nos vamos a quedar callados, lo vamos a expresar para descubrir lo antes posible si nos conviene estar ahí o movernos hacia otro lado, así somos.

Cuando las empresas ven que estas nuevas generaciones se expresan y dan a conocer sus intereses y necesidades es cuando viene la etiqueta de que “somos difíciles para trabajar”, es obvio, lo normal es que nadie dijera nada, pero esos tiempos se están acabando.

 

No somos huevones, somos exigentes

 El exigir algo no está mal siempre y cuando quepa dentro del sentido común, las empresas deben ver estas necesidades como una retroalimentación valiosa, recuerdo que en mi primer trabajo pasaban encuestas de recursos humanos para conocer tus necesidades, aunque eran anónimas muchos colegas tenía miedo de expresarse por temor a represalias, esos tiempos se acabaron, la generación millennial  va a expresar lo que siente sin que se lo pregunten, si las empresas no ven en valor en eso están perdidas.

 

Siempre habrá excepciones

Por último, pero igual de importante que todos los puntos anteriores, siempre habrá excepciones en cada generación, el que quiera ser huevón mediocre lo será sin importar el año en el que nació, esto lo determinan muchos factores más allá de las condiciones de trabajo, educación principalmente.

 

Orgulloso de nosotros y nuestros amigos

Una de las principales razones por la que me atrevo a decir que no somos huevones es que me volteo a ver a mi mismo, a Mariana y a nuestro grupo cercano de amigos y reafirmo mi teoría, nosotros estamos haciendo el viaje de nuestras vidas gracias al dinero resultado de nuestro buen desempeño Godínez, nuestros amigos que siguen en el escritorio son gente brillante, siguen creciendo, cada vez con mejores puesto y salarios, nos sentimos orgullosos de ellos, y si, son millennials.

 

Tu, ¿Eres un millennial huevón o vas por lo que quieres?

 

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